
No hay duda de que el mejor alimento para tu bebé al nacer es la leche materna. La primera leche de la madre (Calostro) contiene componentes muy importantes que refuerzan y ayudan a desarrollar el sistema inmunológico del bebé, le ayuda a limpiar y desarrollar sus intestinos, le ayuda a su estomago a crear las condiciones necesarias para digerir los alimentos, en fin un sin numero de ventajas probadas que posee la leche materna, incluso para la madre; está comprobado que amamantar ayuda a la madre a recuperarse después del parto, a que el útero vuelva a su tamaño normal, y previene el cáncer de mamas.
- Iniciar el amamantamiento durante la primera hora de vida;
- Practicar el amamantamiento exclusivo, es decir, proporcionar al lactante únicamente leche materna, sin otros alimentos o bebidas, ni siquiera agua;
- Dar el pecho cuando el niño lo reclame, ya sea de día o de noche;
- No utilizar biberones, tetinas o chupetes.
Un ejemplo simple lo representa el hecho de que generalmente cuando un parto es por cesárea, hay recomendaciones de comer abundante Piña para ayudar a cicatrizar, la herida, puede que esto tenga un efecto muy positivo en la madre pero, tendría un efecto negativo en el bebé, sobre todo si es alérgico. Esto debido a que la piña es un cítrico fuerte y esas sustancias cítricas pasarán al bebé a través de la leche de la madre, siendo los intestinos y el estomago órganos que aún no están completamente desarrollados, pueden no ser toleradas dichas sustancias por éstos, causando alguna reacción alérgica interna o externa.
Por esto la alimentación de la madre durante el periodo de lactancia debe ser muy cuidadosa para evitar afectar la salud del bebé, y su sano desarrollo.
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4 claves para una lactancia exitosa
La leche materna es el alimento ideal para el bebé. Seguramente has leído esta frase cientos de veces y conoces los múltiples beneficios de amamantar (tanto para la mamá como para el bebé), la técnica más adecuada, los cuidados necesarios, los problemas que se pueden presentar y las posibles soluciones.
Sin embargo, a la hora de poner en práctica este conocimiento pueden aparecer algunas dificultades o simplemente no sabes qué debes priorizar. Resumiremos todos los requisitos y recomendaciones en 4 puntos principales que te permitirán disfrutar de una lactancia sin complicaciones:
•La boca en la posición correcta.
Cualquiera sea la postura que adoptes a la hora de amamantar (sentada o acostada), es fundamental prestar mucha atención a la posición de la boca del bebé con respecto al pecho materno. Si no succiona correctamente puede causar dolor y grietas en los pezones. Para evitar estas molestias debes asegurarte que “se prenda bien al pecho”. ¿Cómo saberlo? Cuando no solo el pezón, sino también gran parte de la areola están dentro de la boca del bebé.
•A libre demanda.
¿Has escuchado que debes darle de mamar cada 3 horas? ¡Olvídalo! Tu bebé te hará saber cuando sienta necesidad de alimentarse. Es él quien regulará la frecuencia de las tomas. Aunque tú también puedes ofrecerle el pecho cuando sientas la necesidad de vaciarlo. Esto es lo que se conoce como régimen de libre demanda.
•El tiempo necesario.
Al igual que la frecuencia, la duración de cada toma también será regulada por tu pequeño. El tiempo varía de un bebé a otro. En vez de contar los minutos asegúrate de vaciar completamente un pecho antes de ofrecerle el otro. De esta forma podrá tomar los 2 tipos de leche. Así es, la composición de la leche va variando durante la toma: al principio tiene mayor contenido de agua y lactosa y hacia el final es más rica en grasa. El niño debe recibir los 2 tipos de leche, ya que cada una cumple funciones específicas: la primera calma su sed y la segunda le aporta más nutrientes y calorías (necesarios para un buen crecimiento). Podría ocurrir que tu bebé se sienta satisfecho tomando solo de un pecho en cada toma. No te preocupes, para algunos bebés la cantidad de leche de una mama es suficiente.
•Una buena higiene.
Para higienizar las mamas nada mejor que hacerlo con abundante agua. Evita los jabones y cremas, ya que estos podrían modificar el olor y/o la lubricación natural de tu piel. Un buen consejo es utilizar tu propia leche para lubricar los pezones, humedeciéndolos y dejando que se sequen al aire.
Además de la información adecuada, el apoyo es fundamental en esta etapa. Por eso es tan importante compartir experiencias con otras mamás: recurre a amigas que hayan amamantado a sus hijos o únete a grupos de apoyo para la lactancia. Y a la hora de escuchar opiniones y comentarios ten en cuenta solamente aquellos que vienen de mujeres que hayan tenido una lactancia exitosa.
Lic. Marisa Rodríguez
Nutricionista